(2º suplente concurso Cine x la identidad. Abuelas de Plaza de Mayo.)
Corre el año 2049 en una Buenos Aires no muy cambiada tecnológicamente. Ramón, con 72 años de edad, descubre, buscando el título de propiedad de la casa de sus padres, que es adoptado. Cuando visita a su hija, Dolores de 41 años, para hacerle entrega del título de su casa, ella se niega a aceptarlo, pero al ver el estado de vejez real que su padre aduce, Dolores acepta con la sorpresa de que en lugar del título, su padre en un descuido le entrega el acta de adopción. Como en un chiste, su hija remata: «…primero el título, después que estás viejo, ahora Adoptado… ¿Con qué más me vas a salir? Que sos hijo de desaparecidos.»
Vuelto a su casa y sin poder comprender por qué sus padres le han ocultado toda su vida su adopción y sin tenerlos para preguntarles, Ramón investiga en la Internet, sin éxito. Convencido que es una pérdida de tiempo, se acerca a la CONADI, para hacerse un test de sangre.
Esa misma noche, se encuentra con su hija que le objeta que quiera aversiguar sobre su identidad, dado que eso no sólo lo afecta a él, sino a toda la familia. Enojada, le espeta: «Además… ya tenés 73 años, tu vida ya la viviste… de qué te va a servir ahora saber…» Ramón se queda apesadumbrado por la no comprensión de su hija.
Días después, Ramón se acerca a la CONADI a buscar los resultados. Con el informe en su poder pero sin abrir, Ramón duda. Cuando se decide a leer el informe se entera que es hijo de desaparecidos. Le dan todos los datos de su familia, el nombre deseado por su madre para él: Víctor o Victoria, y un número de Archivo Biográfico al que debe remitirse. Consternado y alterado, llama su hija para pedirle que lo acompañe, porque la necesita. Mientras Ramón espera que le entreguen el archivo que contiene su pasado, Dolores se hace presente logrando una reconciliación. El empleado le entrega el archivo que sus abuelos habían preparado para él.
Una vez en casa de Ramón, él le pide a su hija que lo deje solo para ver el archivo, que presisaba su apoyo, y sabe que lo tiene, pero tiene que verlo solo. Dolores comprende perfectamente a su padre y lo deja para que se encuentre con su pasado.
Ramón revisa un álbum de fotos de sus padres biológicos y de sus abuelos. Preparado con amor y memoria. Emocionado junto con el álbum encuentra un video. Sus abuelos han prepardo una recopilación con películas de sus padres, y le hablan, sin saber si fue barón o niña. Le cuentan sobre sus padres, le relatan la memoria de la familia y del matrimonio. Su abuela, en el video, le da la clave de lo que vendrá ahora en su vida: «…todo esto que ahora sabés y que hace a tu identidad y que está contenido en ese informe detallado, en las fotos… No sé si te servirá para algo… te retistuirá tu identidad… la verdadera… lo que hagas ahora con ella… depende de vos y sólo de vos…» A lo cual su abuelo agrega: «Lo importante es que recuperaste tu memoria… tu pasado… y tu idnetidad… lo que venga ahora, vendrá…»
(Aún inédito)